jueves, 15 de marzo de 2007

Necochea Bochas Club, un rincón amigo



Desde hace 68 años, el Necochea es lugar de reunión de amigos. Algunos, como «los catedráticos» -canillitas habitués- no se pierden una tarde de charlas y vermouth.

En la calle Necochea a la altura del 4060 está el "Necochea Bochas Club". La institución tiene sus orígenes allá por mediados de 1930. Por esos años había un grupo de amigos que eran asiduos concurrentes al "Club Petroleros", que quedaba en Necochea y Luciano Molinas. Pero un día, el buffetero del club, un español, resolvió sacar las canchas de bochas e instalar una cancha de bolos. Fue entonces cuando estos hombres decidieron escribir su propia historia. Y vaya si lo hicieron. Compraron un terreno – en su actual ubicación – ganado en esos tiempos a la "Laguna Felipe" por la gente del Ferrocarril. Es que en ese lugar existía un horno ladrillero, que de tanto cavar para obtener tierra para hacer ladrillos, llegó a las napas y al ingresar el agua a la cava se transformó en laguna.
Así se fueron dando los hechos y si bien ya existían dos canchas de bochas, un ranchito y una buena plantación de paraísos, el 11 de enero de 1939 se fundó formalmente el "Necochea Bochas Club". A partir de esa época todo fue crecer de la mano de los hermanos Poncio, Duclós, Di Bernardo, Orazi y Tozzini, sólo por nombrar algunos. Cabe destacar que los Tozzini ya llevan tres generaciones en el Club, una cuestión no menor, ya que el más chico, hijo del buffetero, Oscar Tozzini, es representante del Necochea en el plantel de bochas.
Varios son los personajes que se reúnen diariamente a despuntar el vicio. Así se arman los juegos de naipes, se juega al chancho, a la básica y al truco. Otros arman sus partidos de dominó o ajedrez. «Pero nunca por plata», aclaran. Se juega, a veces por una comida en el club o por el vermouth, pero jamás por dinero. Miguel Orazi hace de guía y nos muestra el club por dentro. Llama la atención lo grande que es y el orden que se conserva dentro de las instalaciones. "Acá todos colaboran, todo se hace a pulmón", cuenta Miguel, mientras nos muestra unas raras – para nosotros – luces a gas. "Es porque si se corta la luz mientras hacés un locro, todo se echa a perder. Así podemos seguir cocinando porque las luces son a gas."
En el Necochea son todos hombres. No hay mujeres. Es una decisión de los socios. Y la verdad es que tan mal no les va. "Donde hay minas hay líos", dicen algunos. Lo cierto es que el Necochea Bochas Club "…tiene un imán", dice Miguel "…si entrás una vez, no te vas más".

No hay comentarios.: