En 4 de enero al 4000 hay un club que está marcado por las bochas. Pero en los ‘50 fue una cantera que aportó verdaderos cracks al fútbol grande de la Argentina. Una historia de campeones de verdad.
Hace muchísimos años, allá por 1939 un grupo de muchachos que trabajaban en la cervecería de 4 de enero y Mariano Comas decidieron formar un club. Y resolvieron hacerlo no muy lejos de la planta. Así fue como un 19 de noviembre de ese año nació el Club Sportivo de Bochas Quilmes. Su primer presidente se llamó Pedro Barreto y fue el responsable de comandar la flamante institución de pabellón azul y amarillo. Si bien el Quilmes nace como un club consagrado al deporte de las bochas de la mano de grandes bochófilos como Pompeo López y Rafael Ruiz, por nombrar algunos, tuvo sus momentos de gran esplendor a la luz del más popular de los deportes: el fútbol, cuál otro. Así fue como los Torneos Evita de los años ’50 fueron el caldo de cultivo de verdaderos equipazos. En esas formaciones brillaron jugadores como los hermanos Sanabria, de los cuales Mario – Marito para los amigos – terminó descollando en grandes equipos como Unión, Newell’s o Boca. Tampoco podemos dejar de mencionar a otros grandes representantes del Sportivo Quilmes en la primera división del fútbol argentino, tal es el caso de Barreto y Vicente Gianfelicci, en Unión. Antonio Pini, en los Tates y luego en Chile y Uruguay y sobran los elogios para Mieri que tuvo el mérito de llegar a River y desplazar de su posición de zaguero al mismísimo Ramos Delgado. Y quedan muchos afuera. También el boxeo tuvo sus representantes exitosos como Adolfo Montenegro – campeón olímpico – y Hugo Villarán – campeón argentino y sudamericano.
El Club supo tener hasta 160 socios. Hoy quedan 90 aproximadamente. Todos pagan $2 por mes si pagan todo el año y $3 si lo hacen parcialmente. Además posee un hermoso salón para 100 personas y una terraza para 80 invitados que se alquilan para fiestas. Hoy el fuerte del Quilmes siguen siendo las bochas. Oscar Cozzi, uno de sus campeones cuenta que hay casi 30 jugadores que representan al club en los torneos locales y regionales. Y parece que les va bien. Y los amigos se suman, todo el tiempo. Para comprobarlo, sólo basta darse una vuelta los viernes por la noche. Allí 3 o 4 peñas dan rienda suelta a la amistad a pura picada y cerveza. Como en 1939.
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